Los que hemos nacido en una familia de valores, admiramos a nuestros padres como si fueran intocables pensando que pueden hacer mucho mas de lo que cualquier ser humano puede hacer, vamos creciendo y esa admiración se transforma en respeto por los primeros héroes de nuestra existencia cuando nos toca ser a nosotros padres.
La mejor forma de honrar a mi padre, es siendo aun mejor padre transmitiendo los mas altos valores que aprendí a lo largo de toda su existencia, para poder representar nuestra sangre mas allá de nuestra existencia y proyectarnos en el tiempo.
Llorar a nuestros padres cuando ya dejan de existir por que han dejado de cumplir la misión de protegernos a cada paso para que no nos mandemos ninguna travesura es deshonrar a nuestra propia sangre, debemos recordarlos con una sonrisa y agradeciendo que nos han enseñado como ser verdaderas personas con valores, debemos sentirnos orgullosos por tener la posta y seguir nosotros con esa misión, dejando que el alma de los héroes descanse en paz por haber realizado una buena obra.
Llorarlos y rogar que vuelvan, es deshonrar y es escupir en sus tumbas diciéndoles que no han cumplido su misión de enseñarnos valores y mostrarnos un camino de lucha.
Mi mayor héroe mi padre, hoy tengo el honor de que me vea transmitir a su nieto esos valores que el supo transmitir.
Mi otro héroe no esta para verme, pero se que no he manchado su recuerdo.
Atte. Un Halcón
Patricio Oscar Kieran (Seudónimo)
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Recuerdo sus manos, afables, amasando pan... Medía las cantidades con ellas, no necesitaba balanzas en la cocina. Su delantal siempre blanco, prolijo, te hacía sentir esa calidez hogareña que ella irradiaba. Siempre tenía algo listo para convidar a quien llegara a su cocina, su santuario, donde ya al atravezar la puerta de entrada percibías esos aromas que invadieron mis días juveniles...
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